A finales del siglo XVI, los más de 100 años de guerras civiles que azotaron a Japón, crearon un fondo cada vez mayor de samurais sin empleo. En la mayoría de los casos las guerras entre clanes terminaban con los daimios (señores feudales) vencidos y, en ocasiones, resultaban muertos. En ese caso, los samurais a su servicio se convertían en RONIN (浪人), que significa "hombre de las olas". Por lo general, solían alistarse rápidamente en el ejército de otro daimio, porque un señor de la guerra ambicioso necesitaba a todo samurai que pudiera encontrar.
Las oportunidades empezaron a disminuir para estos ronin a partir de la "Era Tokugawa" (siglo XVII). Todos los daimios se hallaban al servicio del Shogun (el "Emperador"). Sus propiedades estaban registradas y también el volumen de sus tropas.
Era difícil reclutar nuevos soldados, así, muchos de los guerreros sin dueño se dedicaron a vagabundear.
Algunos decidieron llevar una vida independiente, viajando por el país en una especie de peregrinación guerrera retando a combate a otros samurais. Otros se convirtieron en maestros de esgrima. Hubo qien se interno en monasterios y se dedico a escribir libros sobre el kendo, el camino de la espada. Otros terminaron como guardaespaldas o como matones de bandas criminales.
Los más desconocidos son lo que fueron en busca de fortuna al extranjero, fuese como comerciantes, piratas o mercenarios en tropas de Siam, Corea o Vietnam.
Tras la introducción histórica (resumida e ilustrativa) llegamos al punto donde os quiero explicar la nueva obra que tengo entre manos. Como ya habéis visto, va a poner de relieve una de las figuras más intrigantes y llamativas de la historia de Japón, los Ronin.
La posibilidad de pintar una figura centrada en la historia japonesa viene dada por el regalo que me hizo mi querida Idoia, que estando de viaje por Japón decidió traerme varias piezas en miniatura.Concretamente la joya que os voy a mostrar a continuación es una miniatura de la empresa Kaiyodo, a escala 54 mm. (aproximadamente), que recoge, junto a otras, los principales protagonistas de las películas del gran director de cine Akira Kurosawa ("Los 7 samurais" o "Yojimbo", entre otras). Aunque la pieza venga prepintada, he decidido decaparla y partir desde cero en el pintado de la misma.
Click en las imágenes para verlas en grande
Y como no podía ser de otra forma, he decidido recrear el entorno en el que se mueve este ronin japonés, algo desgarbado y fuera de forma!!
Así pues, he intentado plasmar, de la forma más fidedigna posible, el exterior de una casa japonesa de mediados del siglo XVII. Aparte de elevar el suelo mediante una tarima, he buscado recrear la decoración nipona en los ornamentos (no tan excesiva como la que se suele ver en los templos) y en el tejado.
Dejo para la finalización de la escenografía la colocación de las ramas de un almendro y otro tipo de vegetación.
Como la pieza en sí es expresiva, he querido remarcar su pose colocándole junto a él una cubeta de madera cargada de ropa (a modo de colada), totalmente rota, como si hubiese sufrido el "ataque", la chiquillada de algún niño.
Es una escena del mundo real, donde pretendo remarcar la idea personal del contraste entre la habitual pose agresiva de un guerrero y esta otra, donde debe enfrentarse a una sencilla travesura.
La meditación del guerrero es ideal para estos casos... jeje!
Espero que os guste lo que llevo realizado de manera totalmente artesanal y que poco a poco iré posteando.
Un saludo...
0 comentarios:
Publicar un comentario